martes, 16 de agosto de 2016

SOBRE PRIMAL FEAR

Ficha Cinematográfica


Título: PRIMAL FEAR (La Raíz del Miedo o Las Dos Caras de la Verdad  en Hispanoamérica).
Año: 1996
Duración: 131 minutos.
Género: Drama, Suspenso.
Dirección: Gregory Hoblit.
Producción: Gary Lucchesi.
Guión: William Diehl, Steve Shagan, Ann Biderman.
Basada en Primal Fear de William Diehl
Fotografía: Michael Chapman.
Montaje: David Rosenbloom.
Reparto: Richard Gere, Laura Linney, Edward Norton, John Mahoney.

La Historia 
Primal Fear es una película de Gregory Hoblit basada en la novela homónima de William Diehl, que aborda la historia de Martin Vail, un ambicioso abogado de Chicago, que sólo toma casos de gran repercusión mediática con el objetivo de llevar su nombre e imagen a las primeras planas de la prensa escrita y de la televisión.

Es precisamente ese ávido deseo el que lo conduce a tomar la determinación de defender a un joven acólito llamado Aaron Stampler, al que se le acusa del brutal asesinato del influyente y reconocido arzobispo Richard Rushman, hallado por la policía con sus dedos de la mano derecha cercenados, sus ojos y testículos apuñalados y con una misteriosa inscripción grabada una en su pecho. Todo hace presumir la culpabilidad del monaguillo, el cual además fue detenido al intentar huir de la escena del crimen. Esto supone un reto para Martin Vail, que quiere conseguir salvarlo de la pena de muerte.


El acusado, contrario a la imagen pública que se tiene de él y que le valió el apodo de “El chico carnicero”, se muestra como un muchacho asustado, tartamudo, tímido, incapaz de haber ejecutado por mano propia los hechos que se le imputan, y que reitera su más absoluta inocencia.

Sin embargo, con el paso de los días y a medida que el juicio avanza, se revela que  Aaron presenta un cuadro de personalidad múltiple: por un lado encontramos al ya conocido joven indefenso y tartamudo, y por otro se esconde un sujeto que se hace llamar Roy, su perfecto opuesto, agresivo, seguro de cada paso que da y que confiesa haber cometido el crimen para vengarse de los abusos sexuales que el arzobispo perpetró en su contra. Cuando se produce este desdoblamiento de personalidad, Aaron sufre de una especie de amnesia, acompañada por agudos dolores de cabeza, trayendo como consecuencia el olvido de todo lo que su otro "yo" ha hecho.

Una vez que sale a la luz el estado mental en el que se encuentra el acusado, surge para Vail un obstáculo al que debe hacer frente en su estrategia para evitar que se aplique la pena capital sobre su defendido: no poder cambiar los argumentos que ya fueron esgrimidos en su defensa, lo que le permitiría argüir la doble personalidad que afecta a Stempler, en lugar de la inocencia inicial, viéndose también privado de la posibilidad de introducir nuevas pruebas. De esta manera, y tras algunas artimañas utilizadas por Martin, es la propia Fiscal Janet Venable la que introduce una nueva prueba en el juicio: el vídeo de los abusos sexuales, que fue hallado por el propio Vail en Savior House, lugar donde tuvo lugar el asesinato del arzobispo.

Martin Vail, a  sabiendas de que Aaron se convierte en Roy cuando se le somete a presión, idea un plan para mostrar la doble personalidad que le afecta en juicio, para de esa forma conseguir que se le libere de toda responsabilidad. El objetivo se logra a cabalidad, luego de haber provocado su ira y desesperación, sumado a un posterior interrogatorio, agresivo y directo por parte de la fiscal Venable, quién llegó a tener una relación profesional y sentimental con Vail, es atacada por Roy quien amenaza con matarla tomándola por el cuello ante la atónita mirada de la Juez y todos los presentes en el Tribunal.



Finalmente la Fiscal logra escapar, y la Jueza, en vista de los acontecimientos ocurridos, toma la determinación de absolver a Stampler enviándolo a un Hospital psiquiátrico con el objetivo de superar el grave trastorno que le afecta.

Sin embargo, en el diálogo final con su defensor y amparado bajo el secreto profesional, el ya absuelto confiesa haber fingido la doble personalidad y ser en realidad siempre Roy. Además afirma haber matado no sólo al arzobispo Rushman, sino a también a Linda Forbes, joven que Stempler había sindicado en sus declaraciones como su novia, y que también fue víctima de los abusos sexuales del religioso. La película concluye con un Martin Vail derrotado y contrariado. A pesar de haber ganado uno de los juicios más bullados y controvertidos de la ciudad de Chicago, y contrario a lo que siempre había perseguido, termina evitando a toda la prensa saliendo por la puerta trasera del Tribunal.

TRAILER


PRIMAL FEAR Y LAS TEMÁTICAS DEL CURSO


Dentro de los temas del curso tocados por el film se encuentran tanto cuestiones de relevancia deontológica, relacionadas con los principios generales que rigen el ejercicio de la profesión, como temas relacionados con las obligaciones deontológicas específicas que tiene el abogado respecto del tribunal, el cliente y el abogado de la contraparte.

En primer lugar, se encuentra el tema referido al principio de obrar en ciencia y conciencia que tiene que observar el abogado en la relación que tiene con su cliente. Este tema es abordado por el largometraje cuando a Vail se le da la oportunidad de exponer los motivos por los cuales es abogado, en los que declara que fue movido por su convicción respecto del principio de inocencia de las personas, sosteniendo que él creía firmemente que hay personas buenas que cometen actos malos. Tema que está estrechamente vinculado a la relación que mantiene en todo momento Vail con su cliente Aaron Stampler, especialmente en la motivación que lo llevó a tomar su caso de forma gratuita. Y es en este sentido que el propio Vail llevó al absurdo su firme convencimiento acerca de este principio haciéndolo conculcar, por ejemplo, con obligaciones deontológicas específicas como la referida a la función social de la profesión.

En relación con lo anterior, y dentro del ámbito de las obligaciones deontológicas específicas del abogado, se encuentra la que éste tiene respecto del tribunal y su cliente, referida en principio a la función social de la actividad profesional y a la obligación de lealtad y veracidad, consistente en actuar de forma leal a los intereses de su cliente y de hacerlo en el mismo sentido y simultáneamente con la administración de justicia y el debido cuidado de las instituciones del Estado en los términos del art. 2° del Código de Ética Profesional de 2011.

Esta última obligación que infringió por cuanto, al ser movido por su pasión y afán egoísta, el abogado no pudo o le fue difícil caer en cuenta que su cliente lo estuvo engañando, cuestión que resultó ser peligrosa para la sociedad en su conjunto ya que no se le condenó de ningún modo.

Este tema de la ceguera y apasionamiento que mantuvo Vail a lo largo de casi todo el film respecto de la inocencia de su cliente, se evidencia, por ejemplo, en el fuerte reproche que le hace a sus subalternos de no haber encontrado al supuesto tercer hombre que mató al Obispo, afirmando vehementemente que él creía que el asesino no había sido Aaron, su cliente.

Con respecto a las obligaciones que tiene el abogado con el abogado de la contraparte, que en este caso es la fiscal Janet Venable, se encuentran actitudes reñidas con éstas y que pasan a llevar también otros principios como el de probidad, como por ejemplo en la obtención fraudulenta de la cinta de video y el posterior envío a ella para que la presentara como prueba para señalar la existencia del móvil del homicidio. En este sentido Vail, al involucrarse en exceso con los intereses de sus clientes al punto de casi identificarse con sus pretensiones, hayan sido falsas o no, es que fue impulsado a cometer estas infracciones y a adoptar conductas de venganza en contra de otros personajes del film y cuyos asuntos no tenían nada que ver, al menos sustancialmente, con la causa de Aaron, como lo fue el caso en que se venga del fiscal Shaughnessy por la posible participación de este último en el asesinato de su anterior cliente.

ROL SOCIAL DE LOS PERSONAJES

EL ABOGADO
Según nuestro Código de Ética, el abogado como profesional cumple básicamente la función social de articular el tejido ético de la sociedad, específicamente debe empeñarse en mantener en equilibrio su deber de lealtad para con el cliente y su deber de colaborar con la correcta y eficaz administración de justicia y la vigencia del estado de derecho (Art. 2° CEP).

El abogado debe tender a lograr la mayor satisfacción posible de su cliente, siendo leal y honesto y respetando su autonomía, pero a la vez, en un marco social más amplio debe colaborar en la conservación y perfección del orden jurídico y del estado de derecho, todo lo cual va unido a la búsqueda de plenitud de la idea de justicia y paz social, por medio de la solución de conflictos o evitando estos.

Para lograr cumplir con esta finalidad los abogados y las profesiones en general, se encuentran normadas por la deontología profesional que permite adecuar la conducta de los profesionales a las expectativas sociales. De esta forma surgen diversos deberes para los abogados que van a ser determinantes en su actuar.

En la película, el abogado es interpretado por Richard Gere y en el desarrollo del film no se demuestra por parte del abogado el respeto a la profesión jurídica, pues su único objetivo es ganar los casos en los que está involucrado sin perseguir el fin de la justicia. Tampoco Vail respeta la autonomía con la que debe actuar el abogado, involucrándose de sobremanera con el caso y defendiendo a toda costa los intereses de su cliente.


LA FISCAL

El rol principal de los fiscales es investigar para encontrar los responsables del delito que se ha cometido y luego de tener pruebas suficientes que inculpen al autor, debe plantear la acusación de acuerdo a la teoría del caso adoptada, que es construida de acuerdo a la comisión de los hechos y las pruebas obtenidas. Los fiscales además de cumplir con estos deberes específicos, al ser abogados, deben cumplir con todos los deberes y obligaciones que implica la profesión jurídica, por lo que su rol también está sujetado a los estándares que deben respetar los abogados.


En la cinta, la fiscal es interpretada por Laura Linney y es designada para el caso del Arzobispo de Chicago. Pese a que su rol es acusar al presento autor del crimen, el caso tiene mayor connotación personal y emocional para ella, pues su contraparte es el abogado Martin Veil, además de haber sido su jefe, es una persona con quien mantuvo un affaire, lo cual ha sido utilizado por el defensor en beneficio de su cliente.

EL DEFENDIDO

Aaron Stampler es a quien Martin Veil. Es un monaguillo del arzobispado de Chicago, al que llega luego de que el Arzobispo lo encontrara en la calle y lo acogiera en la Iglesia. Aaron era huérfano y no tenía recursos, por lo que se encontraba en una situación de vulnerabilidad, tanto emocional como económica. Considerando estas circunstancias, además que en la película se refleja su timidez y poca personalidad, el arzobispo se aprovecha de él y los demás monaguillos sexualmente.

En el fondo, Aaron se muestra como el personaje que, por sus circunstancias de vida, no ha sabido a adaptarse a las normas sociales que nos rigen y ha tomado justicia por sus propias manos en contra de su abusador.

Sin embargo, Aaron Stampler es un personaje complejo y que en su concepción psicológica demuestra gran inteligencia al manipular un síndrome de personalidad múltiple que en definitiva le permite la defensa letrada por parte de Martin Vail y que finalmente logra liberarlo de la pena de muerte. Esta manipulación de su personalidad es por parte de su alter ego, Roy, quien llegado el final del film demuestra que creó todo este mundo de Aaron Stampler solo para lograr una buena defensa que lo exonerara de los cargos.

El personaje es defendido por Edward Norton en su debut cinematográfico, llamando la atención de la crítica especializada por el desarrollo de su rol. Su actuación le valió ganar un Globo de Oro al mejor actor de reparto en un film y una nominación a los Premios Óscar.


 
LA VÍCTIMA
El arzobispo, al ser una autoridad eclesiástica, es una figura socialmente influyente, tanto en temas de moral, polìticos y económicos. Los curas y sobre todo aquellos de alta autoridad actúan como guías espirituales de la sociedad, aconsejando sobre la forma de enfrentarnos a diversas situaciones.

En cuanto al personaje de la película, en el principio se muestra una reunión del arzobispo y las principales autoridades de la Iglesia con autoridades, políticos y abogados de la ciudad de Chicago. Es por esto, que se entiende desde un principio que el Arzobispo es una autoridad bastante respetada en todo ámbito en la ciudad de Chicago. Su crimen, de esta forma, resulta ser un acto repudiado por la mayoría de la población. Sin embargo, cuando luego se descubre que obligaba a los monaguillos a tener relaciones sexuales mientras él los grababa, se cae toda esta imagen de hombre moral que tenía el arzobispo y se dan más razones para creer que Aaron fue su asesino, debido a los actos que le había obligado a realizar el Arzobispo.
 




LA JUEZA
En su profesión, el juez debe seguir 3 principios rectores: Independencia, imparcialidad y motivación.[1] El principio de independencia implica que los jueces deben basar sus decisiones solamente en el Derecho y no resolver bajo otros criterios. El principio de imparcialidad, conlleva a que el juez tome la decisión como un tercero ajeno al conflicto. El principio de motivación, en tanto, genera la obligación para los jueces de fundamentar y justificar su actuación, ya que de esta manera se puede controlar el poder que ejercen en las decisiones.

El juez no está llamado solamente a cumplir las normas y aplicar el derecho. El juez debe ser una persona prudente y tener sentido de justicia.

En la práctica los jueces son funcionarios del poder judicial que tienen la responsabilidad de resolver los conflictos jurídicos que se han presentado ante ellos de acuerdo a derecho. Son un símbolo del estado de derecho y de la negación a la autotutela para la resolución de los conflictos en los que se enfrentan los ciudadanos.

Alfre Woodard interpreta a la juez que está conociendo sobre el asesinato del Arzobispo bajo el cual se desarrolla la película. Se muestra ante todo como imparcial, guiando el juicio sin tener algún tipo de influencia por parte de los abogados. Cabe destacar la autoridad que tiene en su Corte, llamando la atención del abogado Vail durante su interrogatorio al Fiscal Jefe, John Shaughnessy por su conducta. Recalca que su Corte no es escenario para resolver vendettas personales y que por su conducta, sanciona de oficio al pago 10.000 dólares por parte defensor, amenazándolo con apartarlo del caso si su conducta prosigue.









[1] RODRÍGUEZ, Manuel Atienza. Ética judicial. Jueces para la democracia, 2001, no 40, p. 17-18.

¿ROY O AARON? ESCENA CLAVE

¿Qué podía hacer Vail luego de lo que pasó en esta escena? La situación era muy complicada. El abogado, a pesar de no creerle del todo a su cliente, estaba convencido de que ganaría el caso a toda costa. Este estado de ceguera provocado por la ambición de ganar el juicio, lo llevó a desarrollar una teoría del caso, la cual cambiaría repentinamente luego de lo sucedido en esta escena: Vail tenía un motivo para demostrar que su cliente era inimputable, pues tenía un trastorno severo de personalidad. Su cliente, Aaron, tenía un lado B, malvado y seguro de sus actos, llamado Roy.

Con lo visto en la escena, ¿Cómo podría dudar de lo que había sucedido ante sus ojos? Pues, debería haberlo hecho.

Los abogados tienen el deber de guardar la debida independencia con su cliente, el tribunal, la contraparte y en general, con todos los intervinientes del juicio. La conducta de Vail, refleja que para él la abogacía es más que el ejercicio de la profesión jurídica, es algo que tiene que ver con su ego y sus ambiciones en todos los ámbitos de su vida. Con el nivel de involucramiento que tiene con sus casos, le es imposible ver con razonabilidad y cuidado todo lo que se presenta ante sus ojos y que contribuye como arista al caso y sigue sus convicciones ciegamente. Un buen abogado, que respeta el principio de la debida independencia, es capaz de evaluar con cuidado la confesión de su cliente, consulta la opinión de varios profesionales competentes y toma decisiones de manera calmada. Y ese es el problema de Vail, el excéntrico protagonista de Primal Fear.

OPINIÓN SOBRE EL DILEMA ÉTICO Y EL DESARROLLO DE PRIMAL FEAR


Para manifestar nuestra postura respecto al modo en que Martin Vail ejerce la profesión, debemos tener presente cuál es su teoría del caso en la defensa de Aaron Stampler. De acuerdo a la definición de Julián López Masle, la teoría del caso es “la mejor versión alternativa a la versión de los hechos de la acusación que pueda ser elaborada por la defensa con base en la prueba verdadera, legítimamente acumulada durante la investigación y rendida ante el tribunal” [1]. Entonces, a partir de los elementos otorgados por dicha definición, podemos cuestionarnos cuáles son los límites de Vail para conseguir que su verdad sea la que prime a la hora de la sentencia.

Su teoría del caso fue construida a partir de su instinto como abogado defensor, creyendo desde un inicio en la inocencia de su cliente, incluso otorgándole el estatus de víctima de lo que él creía era la verdad. Pues bien, en el afán de defender a toda costa lo que era la verdad que su cliente otorgaba, cae en actitudes que nosotros como equipo creemos que son cuestionables desde el punto de vista ético.

En primer lugar, creemos que un abogado no puede utilizar como artimaña para la consecución de un fin determinado, la obtención de pruebas que escapan de aquello que está permitido. Un ejemplo en el fin de que el equipo de Vail cae en este juego es la extracción de la película que en definitiva delataría el motivo por el cual, posiblemente, el Arzobispo podía ser asesinado; el método que utiliza el asociado de Vail es robar la cinta que tenía el Arzobispo para descubrir qué significaba la cifra que le estampó el asesino y que revelaría el móvil del asesinato. Otra situación, es el mentir para conseguir una pista en su investigación, cuando envía a su asociado a revisar el departamento de Stampler, miente para saber las condiciones en que vivía su defendido; al tomar conocimiento de que no vivía solo y tenía antecedentes que se podían aportar, van más allá y persiguen de manera matonezca a dicho sujeto para que le revelase algún dato respecto de la investigación, lo cual es conseguido aunque no de modo fácil. Esto nos revela que en materia probatoria, si bien hay obtención de lo que son las pistas que iluminan lo que realmente podría haber sucedido, no puede ser el mecanismo el acudir solo a la prueba ilícita para mantener la teoría del caso, no es sano para el ejercicio profesional jugar con el limbo entre lo que está permitido, lo que creemos correcto y lo que moralmente se debería hacer.

En conclusión, el dilema ético principal que nos plantea el abogado Vail, no es tanto en la relación que tiene con su cliente, a pesar de que creemos que planteó la teoría del caso de una manera ciega y acorde a todo lo que le manifestaba su cliente, sin dudar siquiera de su credibilidad. El dilema principal, es para nosotros entonces, las conductas que lleva a cabo como consecuencia de esta determinación que tiene de defender a su cliente, teniendo una mala relación profesional -éticamente hablando- con los demás intervinientes del proceso, como son su conducta frente al tribunal, la contraparte y la forma en cómo obtiene las pruebas.

[1] LÓPEZ Masle, Julián. “La defensa del “culpable” en la ética profesional del defensor penal” en “Una vida en la Universidad de Chile. Celebrando al profesor Antonio Bascuñán Valdés”. P. 522

CASO BOMBAS Y ACTUAR DEL FISCAL PEÑA

En la famosa causa del "Caso Bombas", se le imputó a 14 personas el ser parte de una asociación ilícita anarquista y la colocación de artefactos explosivos por sus distintos miembros. El fiscal a cargo era el famoso Fiscal Alejandro Peña, bastante conocido por querer dar la guerra contra el narcotráfico en las principales poblaciones de Santiago.

En el caso Bombas, luego de bastante tiempo de investigación, la Corte de Apelaciones de Santiago, el 27 de septiembre de 2011, declaró el sobreseimiento parcial de los imputados por los delitos señalados. Un golpe duro para la Fiscalía, sobre todo en un caso tan mediático como éste.



¿Qué sucedió? La prueba obtenida por la Fiscalía y que servía como fundamento para la imputación de los delitos a los 14 jóvenes, fue excluida por el tribunal. Lo excluído y más importante, fue principalmente la confesión que realizaba uno de los supuestos participantes de la organización, apodado “El Grillo”, sobre el funcionamiento de la misma y la obtención que este mismo realizó durante una pelea con una de las imputadas de una prenda que la inculpaba. Además de lo aportado por "El Grillo", también fueron excluídos los testimonios de los carabineros que realizaron las diligencias de investigación.

La conducta del fiscal Peña podríamos equipararla a la conducta del abogado Vail, pues construyó la teoría del caso sin pruebas y fue guiando su investigación de acuerdo a sus convicciones, sin respetar su debida independencia profesional. Esto llevó a que se sobreseyera a todos los imputados del caso, lo que pudo no haber sucedido si es que la investigación se llevaba de forma correcta y se obtenían pruebas de manera lícita y que fueran conducentes. En consecuencia, la conducta de quienes estaban investigando -el fiscal Peña y Vail- fue ciega y los llevó a cometer faltas contra la ética y a llevar sus casos a resultados inesperados.